A principios de 2021, el gobierno de Hong Kong endureció las restricciones de entrada de la tripulación aérea, lo que exigía que todos los miembros de la tripulación tuvieran que pasar una cuarentena de 7 o 14 días más un periodo de vigilancia médica tras su regreso a Hong Kong.
Esto supuso un enorme problema logístico, ya que habría sido imposible continuar operando vuelos programados y llevar a Hong Kong los suministros que tanto se necesitaban, como equipos de protección personal y vacunas, si la mayoría de los miembros de la tripulación hubieran tenido que estar inactivos durante un lapso de hasta dos semanas después de cada vuelo.
Para poder cumplir con los requisitos gubernamentales y asegurarnos de contar con suficientes compañeros disponibles para operar los vuelos, introdujimos el sistema de circuito cerrado.
¿Qué es el circuito cerrado?
El sistema de circuito cerrado nos permitió completar varios vuelos en un periodo de tres o cuatro semanas, antes de entrar en cuarentena en Hong Kong.
En lugar de irse a casa después de cada vuelo, los miembros de la tripulación del circuito cerrado debían permanecer aislados en el hotel Headland de Cathay City sin volver a entrar en la comunidad. Todos los miembros de la tripulación tenían que hacerse una prueba y esperar los resultados al llegar al Aeropuerto Internacional de Hong Kong antes de irse a su hotel, lo que significaba tener que esperar varias horas sentados en la terminal Midfield Concourse del aeropuerto después de cada turno.
Mantenerse aislados en todo momento minimizó el riesgo de contraer COVID-19, y permitió que nuestro personal del circuito cerrado pudiera entrar y salir de Hong Kong sin necesidad de hacer cuarentena hasta finalizar el periodo.
¿Cuánto duró el sistema de circuito cerrado?
Los empleados que trabajaban en el circuito cerrado tenían varias opciones.
El circuito podía tener una duración de 11, 21 o 28 días, en los que los miembros de la tripulación volaban y permanecían aislados en el hotel Headland después de cada vuelo. Esto iba seguido de 7 o 14 días de cuarentena en función del lugar al que habían viajado, seguidos de otros 14 o 7 días de vigilancia médica, dependiendo del origen del vuelo, durante los cuales los miembros de la tripulación debían evitar todo contacto social innecesario y someterse a pruebas periódicas. La duración máxima del ciclo de sistema cerrado estándar era de 49 días.
Como alternativa, los miembros de la tripulación podían elegir completar dos circuitos cerrados de 28 días consecutivos, tras los cuales podían disfrutar de unas vacaciones garantizadas de seis semanas. Esta opción permitió que cualquier persona que deseara viajar fuera de Hong Kong por motivos personales pudiera hacerlo. Pero todo tenía un precio: los dos ciclos de 28 días se terminaban convirtiendo en 12 semanas si se sumaban los días de trabajo y los de cuarentena.
Los miembros de la tripulación podían retirarse del circuito cerrado en cualquier momento, solo tenían que completar el requisito de cuarentena obligatorio.
Al terminar el último vuelo, iban a un hotel de cuarentena para completar el periodo de aislamiento obligatorio de 7, 14 o 21 días, dependiendo de los lugares en los que habían estado y de la normativa vigente. Al finalizar la cuarentena, los miembros de la tripulación debían someterse a una vigilancia médica de 7 a 14 días adicionales en casa, que incluía controles diarios de temperatura y pruebas de seguimiento PCR.
¿Qué tal funcionó el sistema de circuito cerrado?
Desde que implementamos el circuito cerrado en febrero de 2021, hemos logrado mantener nuestros servicios en Hong Kong y facilitar el transporte de pasajeros y mercancías a nivel mundial.
En los primeros ocho meses de 2021, no tuvimos ni un solo caso de COVID-19 entre nuestros miembros de tripulación. Desde la aparición de las variantes Delta y Omicron, solo 16 miembros de la tripulación dieron positivo entre más de 230 000 pruebas negativas para finales de 2021: fue un claro indicador del buen funcionamiento del sistema de circuito cerrado.
¿Cómo dimos apoyo a nuestros compañeros?
Someterse a largos periodos de autoaislamiento es muy difícil tanto mental como físicamente, por lo que hicimos todo lo posible por proporcionar apoyo adicional a nuestra comunidad durante este periodo. Ello incluyó la publicación de recursos específicos de bienestar en nuestra intranet para los miembros de la tripulación, la organización de dos llamadas semanales entre la tripulación del circuito cerrado y la alta dirección, y la creación de nuevos grupos de chat en las redes sociales para que los miembros de la tripulación pudieran compartir sus experiencias. De manera similar, nuestra red de asistencia a compañeros, en colaboración con profesionales de la salud mental, ayudó a nuestra tripulación a mantener contacto con otros compañeros para proporcionar apoyo, empatía y asesoramiento.
También se ofreció un programa de asistencia a los empleados para proporcionar asesoramiento y apoyo confidencial a nuestra tripulación y a sus familiares sobre cualquier tipo de problemas, desde asuntos cotidianos hasta situaciones de bienestar más delicadas.
Además, creamos el equipo de asistencia FOP, un nuevo equipo compuesto por pilotos con la tarea de mantener un contacto regular con los miembros de la tripulación del circuito cerrado para saber cómo se encontraban. Estos actuaron también como primer punto de contacto para la tripulación, a fin de que cualquier problema o pregunta fuera atendido de forma rápida y directa. Se establecieron disposiciones adicionales para compensar económicamente a los miembros de la tripulación que trabajaban en el circuito cerrado.
A pesar del prolongado período de incertidumbre y la complejidad de la situación, nuestro equipo logró adaptarse y mantener la conexión de Hong Kong con el mundo. Estamos muy agradecidos de contar con un equipo tan dedicado.
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